viernes, 29 de julio de 2011

MIEDO

(Dutch: Het Meisje met de Parel)  Dutch painter Johannes Vermeer

 

Siento miedo…
miedo del instante
cuando por fin se crucen
tu mirada y la mía
palpitará mi sangre un rugido
susurrará la voz de mi pecho un clamor
no habrán palabras
te habitaré muda
rendida a tus pupilas
te habitaré muda
no cerraré mis ojos
ni pestañearé una mirada
no sea que cuando regrese a la tuya
ya no estés
no estés,
vida…

A OSCURAS

Cerraré la puerta que no entre el sol, ni siquiera por las ranuras ni las cornisas ni la grietas de las paredes ni a través de los ojos de la luna. Esta noche bebemos la locura de las mieles, las mentas y las sales del amor. Esta noche lleva en sus manos la pasión de dos amantes que no saben del tiempo ni del adiós, que han de morir su fiebre en los pliegues de sus pieles y en la tibieza de su lengua enmarañada

miércoles, 27 de julio de 2011

EL CIELO

Si mi voz silenciara,
si no te dijera que el eco de tu voz
retumba por mis venas como
leño de otoño en llamas, estaría mintiéndome.
Hoy quisiera que tus manos fueran
la canción que se duerme en mi almohada.
Ven...
Aunque luego te marches sin una despedida siquiera.
Hoy quisiera que tus manos fueran mi piel.

miércoles, 13 de julio de 2011

LA NOCHE TAMBIÉN GIME



                                                                Flor: Galán de noche
En la oscuridad las sombras tomaron vida.
Vistió la noche su desvelo de imágenes.
Buscando  colores para mis susurros,
me  arrimé  hasta tu boca.

Se fueron hinchando los labios de la luna
en el revés de un deseo.
Te observaron mis manos, sin prisa...
Mis ojos bebieron el fiero  reclamo  de tus pupilas.
Pero nunca levanté  la mirada.

Un alucinante hálito nos traspasó.
Deliciosa sensación que no sabría decir
si  fue de la noche o el rumor del amor.
Abrí surcos en mi pecho  y anidé,  acurrucaditas,
todas tus ternuras.

En un furioso  ritual de intimidad,
se fue deshaciendo la  penumbra.
Por unos  instantes  fue la luz
 esa descontrolada complacencia.

 A flor de piel, puro  instinto.
Me rendiste mujer, hebra de fuego.

Rogué que entrara tu gracia en mi cielo.
Te ofreció mi  cuerpo nocturna morada.
Habitada por el  murmullo de un gemido, 
tibia  fluyó la miel que me entregabas.

En el silencio de la noche,
muy amada  y tuya,
te besé.

La noche también gime…

miércoles, 6 de julio de 2011

DOLORES

 
Mal amor…

como pregonero de esquina procuras venderme
múltiples estruendos de poética borrachera
tras la quebradiza existencia de un romance
que no consumó pieles ni voz más allá de la tuya.

Mal querida…

en el preciso momento en que me bebiste primavera
amargo formulaste el ofertorio de pasiones
con los que jugabas rimas y sonrisas cada tarde
desde los pliegues mismos de tus pantalones.

Ahora...

en estos grises días, tardíos ya de reconciliación
invocas rezos que irónicos claman a viva sangre y voz
que no has olvidado, pero lo que has olvidado amor es
que la retórica de  una pasión no forzosamente
supone una llamada


¿Por qué llegaste si no te ibas a quedar?
¡Si esa tranquila tarde de un martes pestañeaba yo
tonterías que nada tenían que ver con el amor!

Mal herida…

ahora destilan amargos esos empapelados labios
que apurados siempre retumbaron en los pliegues de mi locura.
Estúpida. Por llorar el peso de un abandono. Quizá deba hacer una pira
para que se consuma olvido toda tu presencia y procurarme un nuevo amor.

                    (Un nuevo concierto con nuevos placeres

                                                                                y sin más dolor...)





lunes, 4 de julio de 2011

SIN TIEMPO

El fulgor de cada alborada,
abriga la sutil voz de un ardor.
Como si fuere rosario de besos,
en el regazo de un suspiro la santiguo.
En trémulas pinceladas fluye y
corazón adentro es llamarada.
Estampada en azul,
se me figura halo de ilusión.
Rocío mañanero,
ese clamor que me abraza.
Agridulce ríe y llora
la quietud del desencuentro.


¿Hasta cuándo amor?


¡No te das cuenta de que
nos vamos quedando sin tiempo!
Mañana otra lágrima más
cristalizará su ansia en el
borde mismo de mi sonrisa tuya.


El fulgor de cada alborada.
Cada Mañana.
Y cada lágrima…

NO ME ENGAÑO



Te hubiera dicho ya
que tu boca no me urge.
Te hubiera dicho además
que tus ojos no me atrapan,
que no me quedo revoleteando en
tus pupilas cuando amanece el tiempo.
Te hubiera dicho también que
tu voz en mi pecho no retumba.
Que tus manos no me arden calenturas.
Pero habría mentido amor.
Los besos de tu boca los deseo todos.
Clama mi lengua el travieso juego de tu seducción.
¿Sabías que mi cielo es tu mirada?
Que no conozco otro azul…
¿Alguna vez te lo dije?
¿Y te confesé nuevamente que truena tu voz en mi pecho?
Un desvarío murmurando ardores en locos sístoles y diástoles.
¿Te recité que tus manos jamás fueron intrusas en mi piel?
Esas sensaciones que hilvanaban las sedas de tus dedos me alucinaban fuegos.
Eso ya lo sabías, ¿verdad?

Y mira mi amor, ¿importa si lo sabes?
¡Pues no!
Te reclamo mío.
Cielo o infierno.
Quieras o no.

Desnuda tu piel que ya desnudé la mía.