miércoles, 10 de agosto de 2011

PESTAÑEANDO



Abría y cerraba los ojos en un sutil y extraño letargo,
tal pareciera que estuviera suspirando por entre las pestañas.
Cerraba los ojos y era como si un atolondrado trueno
retumbara por los recovecos de su alma.
Los abría y un inaudible ronroneo los asaltaba.

A instancias parecía que parpadearan relámpagos,
de tanto suspiro escurriéndose entre mirada y mirada.
Cerraba los ojos y su boca tomaba la forma de una media luna.
Los abría y de repente se transformaba en piquito de pichón.

Se veía tan graciosita.
Murmuraba la gente al verla enajenada:
“¡Esta mujercita está hablando de amor!”

¡Se veía tan bonita!
Como un rubor.
Como cuando la flor abre su capullo y lo ofrenda al sol.
Se veía vestida de luna y destellos de sol.
Se veía en sus pupilas un llanto de amor…
En sus arrugas duelen las huellas de algún desamor.
Loca loquita deambula su espera.

¡Por Dios!

El amor habla, a veces, idiomas de Babel...

3 comentarios:

  1. Múltiples lenguas toda una confusión. Me gusto. Besitos a la pantalla!

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  2. Muchas gracias Marco Vinicio, por tu presencia y comentarios, siempre. Besito.

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  3. cuando su amor se perdió
    loca esperaba su regreso
    de aquel amor que no volvió

    Bello poema Hija

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