Resulta siempre…
aunque no lo pretenda
que voy deslizando mi mirada
hasta donde dueles.
Resulta siempre…
aunque no lo pretenda
que voy golpeando tu recuerdo
con la rabia de saberte
sólo eso, un momento.
Resulta siempre…
aunque no lo pretenda
que voy admitiendo que tu
amor no es nada más que
ese loco instante de ardor.
Resulta siempre…
aunque no lo pretenda
que arremeto con el pincel
de los desdenes y voy
deshaciendo los trazos
que alguna vez dibujé
sobre ese lienzo
que hoy luce tan
polvoriento en una
esquinita cualquiera
de mi corazón,
como si ya ni me
importaras...
Resulta siempre…
aunque no lo pretenda
que voy volteando la mirada,
sucumbiendo al pesado
pestañeo de un recuerdo
que rebelde se atreve a levantar
el sucio de esa nube gris
que me ha arropado
desde que me tocaste…
Resulta siempre…
aunque no lo pretenda
que aún revoletea tu amor
luciendo su mejor brillo,
el de aquellos días cuando
dulce y amoroso te antojabas…
Pero siempre resulta…
aunque no lo pretenda,
que no perdono tu voz,
que no quiero quererte
ni siquiera en mis recuerdos.
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