miércoles, 13 de julio de 2011

LA NOCHE TAMBIÉN GIME



                                                                Flor: Galán de noche
En la oscuridad las sombras tomaron vida.
Vistió la noche su desvelo de imágenes.
Buscando  colores para mis susurros,
me  arrimé  hasta tu boca.

Se fueron hinchando los labios de la luna
en el revés de un deseo.
Te observaron mis manos, sin prisa...
Mis ojos bebieron el fiero  reclamo  de tus pupilas.
Pero nunca levanté  la mirada.

Un alucinante hálito nos traspasó.
Deliciosa sensación que no sabría decir
si  fue de la noche o el rumor del amor.
Abrí surcos en mi pecho  y anidé,  acurrucaditas,
todas tus ternuras.

En un furioso  ritual de intimidad,
se fue deshaciendo la  penumbra.
Por unos  instantes  fue la luz
 esa descontrolada complacencia.

 A flor de piel, puro  instinto.
Me rendiste mujer, hebra de fuego.

Rogué que entrara tu gracia en mi cielo.
Te ofreció mi  cuerpo nocturna morada.
Habitada por el  murmullo de un gemido, 
tibia  fluyó la miel que me entregabas.

En el silencio de la noche,
muy amada  y tuya,
te besé.

La noche también gime…

5 comentarios:

  1. Ya estoy en tu cielo transformado en alma etérea bajo el elixer néctares y aromas. Bellísimo. Lo he venido a leer una vez más.

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  2. ¡Muchísimas gracias Marcos! Cuanto me alegra saber que has vuelto a este poema.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. La noche gime,
    y un silencio de letras
    trae tu cándida voz...

    Bellisimo poema, Luz!!...

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