VOY MONTADA AL POEMA, COMO EL SUEÑO QUE SUBE AL VIENTO PARA LLEVAR BRISA FRESCA AL MUNDO, VOY ALLÍ PARA CREER, PARA DEJARTE SER INMENSA MAÑANA, DULCE MIRADA, VOY A RECUPERARTE POR ENTRE EL DOLOR.(P.P.)
martes, 24 de enero de 2012
sábado, 14 de enero de 2012
viernes, 13 de enero de 2012
CAYENDO SOBRE LAS ALAS
Con la tibia sutileza enredada entre sus dedos
le arrullaba el alma y le ofrendaba un sueño
con la bendita intención de ser
el bálsamo de sus ofuscaciones
mentía ella cada vez su vestido de verdades
ensayando muy tranquila la sentencia que
dejaría ante los ojos de esas auroras
atestadas de rumores con sus obvios
y penitentes olvidos
sucedía invariablemente que entre
risas y desolaciones se iba pronunciando la
curiosa sensación de andar siempre entre vacíos,
lapsos que registraban historias a medias
huyendo a ser el folleto
completo de un ayer
¡y qué rayos importaba!
¡solo trataba de ser feliz!
con eso en mente el sano engaño
procuraba a diario suspiros y sueños
que de otro modo estaba vetados de su vida,
no porque no los mereciera,
sino porque ya no los pretendía
de ningún otro modo
sin siquiera entender el estúpido
por qué de sus máscaras, reiteraba
en la soledad de sus días que algún día
sería verdad toda esa mentira
no era que burlara el destino que se arrimaba
con la inmensa fuerza de un capricho,
era simplemente que el disimulo cargaba
un sabor a misterios que le venía de maravilla,
una historia cada día y un recuento cada vez
se había acostumbrado ya a negar el tiempo
que le ataba a un desacierto que con ella envejecía
mas en la penumbra de sus desdenes
desmerecían los colores de los pétalos
que se abrían ante el nuevo cielo
de su dulce sonrisa, de su mirada de niña,
de su cuerpo que poco entendía de
centelleos entre las piernas de una mujer
negándose al amor como al placer
pronunciaba siempre que lo uno sin lo otro ni valía
pero imaginaba en sus momentos de soledad que
su estúpida agenda de vida solo terminaría
reflejando en el pliegue de sus arrugas
la suma de dolores viejos con dolores nuevos
si se atreviera tan solo a atrapar un destello
de entre las manos de ese latente conjuro
quizá la puerta de par en par abriría
mas en su asiduo mariposeo por los
desfiladeros del amor, deambulaba la serena
mariposa en un aturdido vuelo sin alas
despenándose siempre hacia el suelo
en un simple guiño de clamor...
Luz María López
2012 © todos los derechos reservados
le arrullaba el alma y le ofrendaba un sueño
con la bendita intención de ser
el bálsamo de sus ofuscaciones
mentía ella cada vez su vestido de verdades
ensayando muy tranquila la sentencia que
dejaría ante los ojos de esas auroras
atestadas de rumores con sus obvios
y penitentes olvidos
sucedía invariablemente que entre
risas y desolaciones se iba pronunciando la
curiosa sensación de andar siempre entre vacíos,
lapsos que registraban historias a medias
huyendo a ser el folleto
completo de un ayer
¡y qué rayos importaba!
¡solo trataba de ser feliz!
con eso en mente el sano engaño
procuraba a diario suspiros y sueños
que de otro modo estaba vetados de su vida,
no porque no los mereciera,
sino porque ya no los pretendía
de ningún otro modo
sin siquiera entender el estúpido
por qué de sus máscaras, reiteraba
en la soledad de sus días que algún día
sería verdad toda esa mentira
no era que burlara el destino que se arrimaba
con la inmensa fuerza de un capricho,
era simplemente que el disimulo cargaba
un sabor a misterios que le venía de maravilla,
una historia cada día y un recuento cada vez
se había acostumbrado ya a negar el tiempo
que le ataba a un desacierto que con ella envejecía
mas en la penumbra de sus desdenes
desmerecían los colores de los pétalos
que se abrían ante el nuevo cielo
de su dulce sonrisa, de su mirada de niña,
de su cuerpo que poco entendía de
centelleos entre las piernas de una mujer
negándose al amor como al placer
pronunciaba siempre que lo uno sin lo otro ni valía
pero imaginaba en sus momentos de soledad que
su estúpida agenda de vida solo terminaría
reflejando en el pliegue de sus arrugas
la suma de dolores viejos con dolores nuevos
si se atreviera tan solo a atrapar un destello
de entre las manos de ese latente conjuro
quizá la puerta de par en par abriría
mas en su asiduo mariposeo por los
desfiladeros del amor, deambulaba la serena
mariposa en un aturdido vuelo sin alas
despenándose siempre hacia el suelo
en un simple guiño de clamor...
Luz María López
2012 © todos los derechos reservados
jueves, 12 de enero de 2012
PREGUNTO
¿Será que no logro entender
tus miedos, que de tantos que son
se van negando a los míos?
¿Será que no logro entender
mis miedos, que de tantos que son
se van negando a los tuyos?
¿Será entonces que de tanto
entendernos andamos
los dos a ciegas?
No fui fruta maldita
tampoco tú el infierno
fuimos el vuelo del ave
fuimos el nido secreto,
sucede ahora que este inútil
llanto merodea sujetándole
las alas al azul de nuestros vuelos.
¿A qué temes mi amado?
Quizá a quererme tanto
que reviente tu aliento
hierva tu sangre y aunque no
lo pretendas, vayas gritando
mi nombre por cuanta vena.
¿A qué temo mi amado?
Quizá a quererte tanto
que muera en la espera
de tu último abrazo
que hierva mi sangre y
aunque no lo pretenda,
vaya gritando tu nombre
por cuanta pena.
Llega a esta esperanza
aquí te aguardan siempre mis labios
palomita seré en tus manos
dulce silencio bajo tu amparo.
¡Pídeme el fulgor de mi mirada!
¡Ofréndame las sombras de tus soles!
El cielo y el suelo para dos…
domingo, 8 de enero de 2012
CHAMAINA
A Ruth...
Se asoma por la cañada del esplendoroso
cerro que late tan libre al pie de los días,
la hechicera de cabellos negros…
ella saluda primero al taciturno astro,
un silencio milenario sellado en sus labios,
luego desviste rayitos y atrapa luciérnagas
para cincelarlas en dorados y añiles
en el iris de sus almendrados ojos inca
en la fábula de sus dedos se van cincelando
los azures para los luceritos del alba
hilvanes de sedas para las alas de
un pichoncito del tamaño de una nuez
provocan un curioso guiño en sus ojos
de águila que todo lo ven, desde el inmortal
parpadeo del suspiro de un alma
hasta el tibio gemido de una mariquita
su voz tararea cánticos que su sangre
chamaina ha grabado desde el génesis del mundo
y con soplo de su aliento las alitas del colibrí laten
estremecidas ante la incertidumbre de tanto cielo
“ya se irá acostumbrando...”, murmura un
cariñito desde su pecho
la alfarera de magias camina vestida
en un anacu que se ha teñido ya en lapislázulis
a fuerza de pisar los cielos de la sierra,
con el malva del k'antu dibujado en su sonrisa
apura sus pasos por los senderos que abren
según laten los suspiros de sus pies,
como si ya la esperaran de siempre
un tunqui la saluda con un alborozo que logra
arrancar de sus ceremoniosos labios la primera risa del día,
ágil se arquea y deja sobre las rocas las migajas
crocantes de sarnita recién horneado
atrás quedan los verdes y los rojos
por entre la niebla de la altura se va
desvaneciendo la silueta
de una poesía….
Poema de Luz María López
© todos los derechos reservados
Acuarela del poeta y pintor español - Pedro Rascado
Se asoma por la cañada del esplendoroso
cerro que late tan libre al pie de los días,
la hechicera de cabellos negros…
ella saluda primero al taciturno astro,
un silencio milenario sellado en sus labios,
luego desviste rayitos y atrapa luciérnagas
para cincelarlas en dorados y añiles
en el iris de sus almendrados ojos inca
en la fábula de sus dedos se van cincelando
los azures para los luceritos del alba
hilvanes de sedas para las alas de
un pichoncito del tamaño de una nuez
provocan un curioso guiño en sus ojos
de águila que todo lo ven, desde el inmortal
parpadeo del suspiro de un alma
hasta el tibio gemido de una mariquita
su voz tararea cánticos que su sangre
chamaina ha grabado desde el génesis del mundo
y con soplo de su aliento las alitas del colibrí laten
estremecidas ante la incertidumbre de tanto cielo
“ya se irá acostumbrando...”, murmura un
cariñito desde su pecho
la alfarera de magias camina vestida
en un anacu que se ha teñido ya en lapislázulis
a fuerza de pisar los cielos de la sierra,
con el malva del k'antu dibujado en su sonrisa
apura sus pasos por los senderos que abren
según laten los suspiros de sus pies,
como si ya la esperaran de siempre
un tunqui la saluda con un alborozo que logra
arrancar de sus ceremoniosos labios la primera risa del día,
ágil se arquea y deja sobre las rocas las migajas
crocantes de sarnita recién horneado
atrás quedan los verdes y los rojos
por entre la niebla de la altura se va
desvaneciendo la silueta
de una poesía….
Poema de Luz María López
© todos los derechos reservados
Acuarela del poeta y pintor español - Pedro Rascado
viernes, 6 de enero de 2012
SIETE CIELOS SON...
Hoy me ha procurado una sonrisa,
vestida de tenues naranjas se arrimó,
en su camino hasta mis labios
se ha cincelando la cándida premura
de un volcán en erupción…
Es que hoy se me antoja besarle,
¡que sí! ¡que lo quiero yo!
que su boca procura en la mía
silencios de orgías
bullicio entre dos…
Hoy entrego la locura de mis labios
y que dios perdone mi osadía,
no asumo censura alguna
si deslizarse antojan hasta donde
dicte el murmullo del tándem
de amor, sigilo en flor…
Él sonríe y yo…
un hoy, un ahora de soles,
y en el espasmo de una risa
se va cincelando en dulce granadina
la serigrafía de un ardor…
Hoy es nuestro tiempo
¡qué importa si se cae el cielo!
siete son y ya anidé
en la tierra prometida,
la de sus ojos libando mis estelas…
consabido es que apacible late el desliz
cuando se arrima despacito
hasta donde invite la frescura
de una cadenciosa pasión…
Soy hoy…
en el jardín de la ilusión
se ha tejido un alborozo
y mi dios también se alegró.
No somos dos…
Autor: Luz María López
© todos los derechos reservados
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