jueves, 12 de enero de 2012

PREGUNTO


¿Será que no logro entender
tus miedos, que de tantos que son
se van negando a los míos?
¿Será que no logro entender
mis miedos, que de tantos que son
se van negando a los tuyos?
¿Será entonces que de tanto
entendernos andamos
los dos a ciegas?

No fui fruta maldita
tampoco tú el infierno
fuimos el vuelo del ave
fuimos el nido secreto,
sucede ahora que este inútil
llanto merodea sujetándole
las alas al azul de nuestros vuelos.

¿A qué temes mi amado?
Quizá a quererme tanto
que reviente tu aliento
hierva tu sangre y aunque no
lo pretendas, vayas gritando
mi nombre por cuanta vena.

¿A qué temo mi amado?
Quizá a quererte tanto
que muera en la espera
de tu último abrazo
que hierva mi sangre y
aunque no lo pretenda,
vaya gritando tu nombre
por cuanta pena.

Llega a esta esperanza
aquí te aguardan siempre mis labios
palomita seré en tus manos
dulce silencio bajo tu amparo.

¡Pídeme el fulgor de mi mirada!
¡Ofréndame las sombras de tus soles!

El cielo y el suelo para dos…



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