HOY

golpea el sol en mi ventana
su acostumbrado rubor de atardeceres
deslizándose sin prisas respira silencios
impasible ante su nocturna mortificación
ignora sumisamente que le va arropando
el sombreado manto de la noche
que fríamente destila,
al igual que yo,
una sarcástica mirada

como la luna nueva, felizmente
ataviada de crespones de luz,
te voy observando …
te ojeo como si fueras una vieja cicatriz
incapaz de asumir dolores
sin vestigio alguno de excoriación
sin el flagelante recuerdo de la herida
sin la tibia sangre que dolosa derramaba
su acostumbrada agonía
sin tales laceraciones susurrando
viejas mortificaciones

así mismo…
como hace el pétalo cristalizado del cielo
cuando por fin se va el sol
y festeja su partida,
te desdibujas ante mí como
un simple trazo de carbón
un ayer ya muerto
sin sombras de recuerdo alguno
que desate siquiera
un arrugado suspiro

así mismo…
sin pestañear un guiño
sin matizar una sonrisa
sin ofrendar una mirada
sin reproche alguno
te destierro de mis venas
porque en mi pecho
ya no latirás…

Autor: Luz María  López

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