De pronto zarandean las memorias
por el ojal del alma,
caducos calendarios de ayeres
tan deslizados de fecha y a la vez,
reverberando nuevas telarañas.
No sé cómo es este adiós apretado
que apenas mitiga silencios
en mortaja de vacíos,
suspiro molido de albas.
Cansados los pies, arrastran
dolores que se hacen llagas y sangran…
¿Qué pena no supura en carne viva su pus?
Pústulas de sombras gimiendo despojos.
Circular por el aljibe,
de faz, las luces de la alborada
de giro, los agujeros de la noche
donde siempre acaban rendidas
las esperanzas.
Anida certera la idiota espera
de un resucitar de pasiones
que no ha de calmar ya, de seguro,
ni la inquieta posibilidad de lo posible.
Sombría vigilia de un fantasma,
se desploman los ojos
en la penumbra de una historia
que no logró ser destino.
por el ojal del alma,
caducos calendarios de ayeres
tan deslizados de fecha y a la vez,
reverberando nuevas telarañas.
No sé cómo es este adiós apretado
que apenas mitiga silencios
en mortaja de vacíos,
suspiro molido de albas.
Cansados los pies, arrastran
dolores que se hacen llagas y sangran…
¿Qué pena no supura en carne viva su pus?
Pústulas de sombras gimiendo despojos.
Circular por el aljibe,
de faz, las luces de la alborada
de giro, los agujeros de la noche
donde siempre acaban rendidas
las esperanzas.
Anida certera la idiota espera
de un resucitar de pasiones
que no ha de calmar ya, de seguro,
ni la inquieta posibilidad de lo posible.
Sombría vigilia de un fantasma,
se desploman los ojos
en la penumbra de una historia
que no logró ser destino.
Autor: Luz María López
© todos los derechos reservados
Hermoso, me dejas anonadado, que tremenda trama de tu alma, de tu poesia hermosa, te adoro, tremenda niña.
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